viernes, 1 de octubre de 2010

Manifiesto para el dibujo amerindio

El dibujo en la América antigua fue de relevante importancia cualitativa y cuantitativa. Sin embargo, es el Género siempre ignorado, nunca percibido y menos considerado de la plástica precolombina. Asombra que la bibliografía ignore una obra tan vasta y obvia, que casi no se lo mencione. La ceguera sobre su percepción y cualidades es total. ¿Será debido a la hegemonía del discurso, que ostentan arqueólogos e historiadores, que nunca se lo ha considerado? Ese puede ser parte, pero no todo el problema, pues algunos estudiosos del arte han escrito ensayos sobre la plástica amerindia y tampoco ellos mencionan al dibujo: Ej: Arte y Arquitectura en la América Precolonial de George Kubler, famosa obra única en su género, no menciona al dibujo.

También lo han ignorado Paul Westheim, Esther Pasztory, Marta Foncerrada, George Gendrop y Beatriz de la Fuente, todos dedicados a estudiar la plástica mesoamericana. En su Iconografía Mochica, donde Anne Marie Hocquenghem estudia cientos de dibujos, nunca se mencionan como Género Plástico, habiendo sido los dibujantes mochica de los más eximios de Suramérica. De los muchos y famosos mayistas como Sylvanus Morley, Eric S. Thompson, Tatiana Proskouriakoff, Linda Schele, Mary Ellen Millar, Dorie Reents-Budet o Nicolai Grube, a ninguno le preocupó destacar las excelencia del dibujo maya, uno de los más excelsos del arte mundial. En síntesis, el dibujo como entidad plástica, una de las trascendentales de la creación humana, no ha sido siquiera percibido como tal por los americanistas.
Otro de los errores generalizados es la continua mención de pintura para designar un dibujo que se ha coloreado, o sea infinidad de obras que podrían analizarse por sus valores gráficos, lineales y texturales, se las considera dentro de un Género Plástico que no le corresponde. La bibliografía que comenta las imágenes sobre cerámica, donde una amplia mayoría son dibujos, se hunde siempre en la falacia “pintura”. Se evidencia que quienes pretenden dilucidar aspectos de la plástica, ni siquiera conocen los Géneros Plásticos y han contribuido a una mayor confusión y mala didáctica. Numerosos autores confunden habitualmente el Género Plástico Pintura, que, en síntesis, es la armonización expresiva de manchas de color, con la técnica de aplicar color digitalmente o con pincel. Tergiversan los conceptos: la mera acción de haber colocado color, que es colorear una superficie se utiliza en el sentido de pintar una imagen de acuerdo con una plástica expresiva como la de un cuadro. De esta manera, se considera pintura el simple hecho técnico de colorear formas. Pintar, como hecho plástico, es una expresión estética y poética, y no un mero artesanado ejecutivo. Es imposible encontrar en la bibliografía estándar un comentario de algo tan sencillo de observar. Lo mismo ocurre con la designación técnica de dibujado, con lo cual, al no usarse el sustantivo de acción y efecto queda tácitamente ignorado el Género. No obstante, hay que reconocer que los autores arriba señalados han señalado la falencia y parcialidad de los análisis puramente científicos.

Aquel hombre, en obras rupestres o sobre otros soportes realizó las formas linealmente y casi siempre monocromas. El cromatismo amerindio, en general fue simbólico. En pocas obras específicas como algunos textiles, murales y cerámicas se observa una problemática pictórica. La mayoría de las imágenes sobre cerámica o papel como los códices, son gráficas, dibujadas y, a veces, se las colorea.
Comentaré tres culturas, a las cuales creo paradigmáticas, respecto de su vocación por el dibujo: la maya, con obras de gran lirismo, sensible valorización lineal y coloreadas; la mochica, de cierta tosquedad lineal y monocromas; la aguada, eidética o configurada, de firme incisión o con pincel y texturadas.

Dibujo maya Humanismo social y mítico
El dibujo sobre cerámica fue ejecutado con buril, plumas de ave, de caña y/o pincel. Se plasmó con una valoración lineal de gran vitalidad, un continuo dinamismo y la intención de documentar corporeidades naturalistas con definidos caracteres humanos aún en las deidades. Los dibujantes tuvieron variedad cualitativa en sus personales morfologías y criterios compositivos pero similar barroquismo.

La bipolaridad estilística es común: naturalismo formal junto al idealismo temático.
Colorear las formas apuntó siempre a dar tonalidad local o un específico simbolismo. Casi nunca se lograron valores cromáticos, contrastes pictóricos de cálidos y fríos ni una escala de tonos degradados. La aplicación del color fue simple y fría

--lo contrario de la línea: compleja y vital--, no restando como expresión cromática relevante. Algunos dibujos muestran una obvia semejanza con la gráfica lineal japonesa o china.

Dibujo mochica Humanismo social y mítico
Vocacionalmente, los mochicas fueron con preferencia excelentes escultores ceramistas y dotados dibujantes.
Utilizando botellas cerámicas como soporte, modelaron y dibujaron escenas sociales, ceremoniales o míticas. Sus intenciones, casi siempre documentales, representan

personajes y sucesos cotidianos de toda índole, conformando un extraordinario acervo iconográfico que muestra a toda su sociedad con relevante naturalismo veraz de expresiva vitalidad.
Su modelado interpretó, retratando con certeza formal y psicológica, personajes de la aristocracia, prisioneros, escenas eróticas, enfermos, vegetales, etc.
Su dibujo, tiene un similar criterio representativo de las imágenes de dioses y hombres; un diseño morfológico idealizado con cierto humorismo, muy dinámico y eminentemente gráfico, monocromo y de variadas texturas. Se evidencia el uso de plumas y pinceles manejados con soltura y sensible valoración lineal.
Es habitual la Bipolaridad estilística: idealismo formal y naturalismo temático.

Dibujo de aguada Mitología y poder
La cultura aguada del Noroeste argentino creó una enorme obra ceremonial cerámica, con una gráfica configurada sobre varios tipos de vasijas de buena factura. Los dibujos sobre ellas son incisos o con pincel, mono o tricromos: negro y rojo sobre blanco o crema. La iconografía presenta obsesivamente a su dios jaguar, expresionista y superreal.
Las urnas de singular estética denominadas Ambato, fueron soporte de imágenes míticas siempre renovadas. Son diseños que poseen gran creatividad y patentizan impar vocación para el dibujo. Se realizaron numerosas variaciones formales del jaguar y otros personajes.
Fue una cultura ubicada en varios centros, y en cada uno de ellos, ostenta particulares morfologías gráficas, que oscilan entre proyecciones eidéticas y diseños muy configurados. Ambas pautas formales connotan por igual con profundas manifestaciones metafísicas: dramáticas, estéticas y plástico-expresivas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario